Durante decenas de años las mujeres han venido librando eternas luchas, luchas que aún hoy persisten, se leen en los rostros incontables de mujeres que siguen encarando el liderazgo y posicionándose en distintos roles por sus saberes ancestrales y por el conocimiento académico en distintos campos.
Uno de esos rostros es Indi Tutaquimba, una valiente y decidida mujer indígena del pueblo Kichwa en Bogotá que trabaja sin descanso por reivindicar el papel de las mujeres de su comunidad; ha sido de las pocas que ha logrado estudiar, es administradora de empresas, tiene dos hijos y 34 años, actualmente es autoridad en su cabildo y sueña con algún día llegar a ser Gobernadora.
Emprendió sus luchas desde que tiene memoria, dice que el proceso organizativo tanto de la comunidad como del cabildo empezó hace poco más de 15 años, de la mano de otras mujeres indígenas cansadas de llevar el “peso” no sólo por el hecho de ser mujeres, sino también por pertenecer a una cultura que en muchos casos ha sido machista – “nuestro papel era dentro de espacios de casa no tan vivibles ante la sociedad, por eso las lideresas empezamos a motivar cambios, internamente cada comunidad empezó a formar comités o consejos de mujeres para fortalecernos” – relata.
Dice que en un primer momento los hombres lideraron, eran los que hablaban y la participación de las mujeres era muy baja en los escenarios de decisión, ahí descubrió que especialmente “las mayoras” y “las mamas”, sentían mucho miedo de asumir cargos de poder, eran muy pocas las que podían acceder a preparación académica o de conocimientos y sostenían un arraigo cultural que las sumía en la inseguridad y limitaba su potencial, incluso en muchas ocasiones la violencia era frecuente y casi consentida; pero esto fue cambiando, actualmente las nuevas generaciones no están dispuestas a soportar ni aceptar la violencia y los hombres a seguir con esas prácticas – En este momento ya se sabe que la violencia NO es admitida en ninguna cultura y NO es algo que le aporte a nuestra cultura, por eso, hubo mucho trabajo interno, antiguos y nuevos fueron participando en diferentes encuentros intergeneracionales, hubo muchos momentos de diálogo, era analizar que la violencia era algo que no es cultural” concluye Indi.
Fruto de sus luchas conjuntas, logró unir a generaciones enteras que hoy la escuchan, adoptan sus ideas y las combinan con sus realidades para lograr un equilibrio de cambio que les permita vivir en entornos que brinden posibilidades compartidas.
Afirma que en Bogotá están en un proceso todavía de fortalecimiento, reconocimiento y empoderamiento, sin embargo, el hecho de estar mucho tiempo en la ciudad dice que amenaza su cultura por eso siente una inmensa responsabilidad al continuar en este camino, la responsabilidad de recoger la voz de todas las mujeres indígenas que no quieren perder su esencia ancestral pero que tampoco quieren verse subyugadas por meras costumbres.
En Bogotá se creó la Consejería Indígena Distrital, Indi, junto a otras mujeres indígenas lideró la creación del Consejo de Mujeres del Cabildo Kichwa y actualmente es consejera de cultura local en Engativá y promueve diferentes proyectos para mujeres en toda la ciudad.







